El autoinjerto en mosaico o mosaicoplastia está indicado en lesiones de dos a tres centímetros cuadrados en los cóndilos femorales de pacientes de menos de 50 años. El procedimiento consiste en la extracción de cilindros de hueso y cartílago de zonas de la rodilla donde no se realiza carga al nicho de la lesión.
Es una técnica que se realiza por artroscopia y para realizarla requiere de cirujanos expertos.
La mosaicoplastia está indicada en lesiones de 2 a 3 cm de diámetro en cóndilos femorales, aunque también puede hacerse en la tibia de pacientes jóvenes con alto nivel de actividad.
Al ser un trasplante autólogo de cartílago hialino, desde el momento de su realización, obtendremos un cartílago idéntico al original.
No. La mosaicoplastia, teniendo en cuenta los espacios muertos y la muerte celular que se produce en los bordes de los implantes, recubre algo más de dos tercios de la superficie lesional con cartílago hialino viable.
Procuramos insertar cilindros 8-10 mm de diámetro en un número máximo de dos o tres cilindros
No. Requiere cirujanos expertos y presenta dificultades importantes, tales como reproducir la curvatura del cóndilo lesionado en la superficie que proporcionan los injertos insertados.
La principal ventaja es que desde el momento de la realización de la técnica, tenemos en la superficie de la lesión cartílago hialino normal con las consiguientes características mecánicas similares al original de la rodilla.
Al ser zonas de la rodilla en las que no existe carga, la repercusión no es importante en la funcionalidad articular. En cualquier caso, se rellenan con cilindros extraídos del nicho de la lesión.
La literatura médica aporta resultados buenos a largo plazo del 75% al 90%.
• Estudio aleatorizado del resultado a largo plazo (15-17 años) después de la microfractura versus la mosaicoplastia en defectos del cartílago articular de la rodilla.
• Seguimiento clínico a largo plazo de microfractura versus mosaicoplastia en defectos del cartílago articular del cóndilo femoral medial.
En nuestro servicio realizamos la sutura vía artroscópica de las lesiones de Bankart, a la que añadimos un gesto posterior complementario, cuando existe la lesión de Hillsack, como es la técnica del remplissage.